martes, 5 de julio de 2011

Extracto de la entrevista efectuada a Juan Parodi Sáez-Marcos. Cinco de julio de 2011.

Pregunta: Tras leer su libro, muchos son los interrogantes que se plantean. En primer lugar, ¿en qué cree ud?
JPSM: En Dios, por supuesto.
Pregunta: Si, pero, ¿en qué Dios? Me explico; ¿cómo se definiría ud, Sr. Parodi? ¿Como Cristiano, como Gnóstico, como creyente en las fuerzas de la naturaleza…?
JPSM: Si tengo que definirme, lo hago en términos de Cristiano Católico. (La entrevistadora parece sorprenderse; Juan sonríe y prosigue.) No se sorprenda; la palabra Católico significa “Universal”. En la Iglesia denominada Católica se unen planteamientos dispares pero conciliables procedentes de diversas tradiciones sobre Jesús, de congregaciones o comunidades con diferentes puntos de vista pero con un nexo en común: la Tolerancia.
       En mi libro hablo del nacimiento de la Iglesia Católica (pags. 86 y ss). En Antioquía San Pablo resultó perdedor en su pugna por la obtención de un régimen de exención de la ley Judía para los cristianos gentiles (Gal 2:11ss). San Pedro cedió a las presiones de los seguidores de Santiago, para evitar disensiones con la congregación de Jerusalén. En opinión de Jonh Meier, es en Antioquía donde se escribiría el Evangelio de Mateo, que presenta una posición intermedia y conciliadora entre los seguidores más razonables de Santiago y los de San Pablo, con San Pedro como “Gran Rabino”, por decirlo de alguna manera, a la cabeza. Ahí estaría el germen de lo que hoy conocemos como Iglesia Católica. Eso entiendo que es y debe ser la Iglesia: fiel a sus raíces, un punto de encuentro en Tolerancia.
Pregunta: Sin embargo, parece ud. tener predilección por los “Juánicos”, la Comunidad del “Discípulo al que Jesús amaba”.
JPSM: Todos tenemos nuestras debilidades (sonríe). Pero es cierto, siento predilección por el Mensaje del Cuarto Evangelio, por la forma simbólica en que está escrito y por su Autor (o quizá debería decir Autora), como dejo entrever en el libro y como apuntan diversos teólogos.
Pregunta: Curiosamente, en su libro los nombres de los protagonistas (Juan, Pedro, Jacobo, hasta la misma Mariam Galilea) coinciden con los de ciertos personajes del siglo primero…
JPSM: Mejor no seguir por ahí, que desvelaríamos otro de los “niveles de lectura” del libro.
Pregunta: Si, pero parecer sentir un particular respeto por la figura del hermano  Pedro.
JPSM: Pedro es un gran mentor, el docente por antonomasia; por eso, apunta hacia el mensaje central de esta obra: hoy no podemos seguir fundando creencias en planteamientos “macabeos”, fanáticos o radicales de uno u otro signo… En palabras de Pedro en el libro, “lo que honestamente no podemos seguir haciendo es vestir a nuestros fieles con trajes de niño cuando ya han alcanzado lo edad adulta”. Así lo creo en conciencia.
Pregunta: ¿Eran necesarias las escenas “verdes”?  Algunas parecen descripciones autobiográficas.
JPSM: (sonríe) Puro recurso de autor. Sin embargo, alguna de estas escenas contiene un mensaje más profundo… Lo dejo ahí.
Pregunta: Me decepcionó un poco el desenlace de la segunda parte del libro. ¿Una novela más sobre el “Código Davinci”?
JPSM: No, por Dios (sonríe). Nada más lejos de mi intención. Me limito a recoger una tradición extendida por algunas zonas del sur de Francia. Pero, como en toda novela, hay una parte de ficción y otra de información documentada. También señalo que pueden aparecer nuevos datos que inviten a un replanteamiento interpretativo más completo. Lo fundamental es la invitación al lector, a investigar y con los datos que se aportan descubrir por el mismo la verdad.

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